El mimbre, la palma, la enea, el esparto, entre otras, son texturas naturales que cada vez están más presentes en todas las casas, tanto en interiores como en espacios abiertos: terrazas, balcones y demás espacios exteriores por su alta resistencia ante las condiciones meteorológicas adversas. Introducir las fibras naturales es siempre una buena idea, ya que su versatilidad hace que combinen a la perfección con diferentes estilos decorativos, y te ayudan a conseguir espacios bonitos y relajados durante cualquier época del año, porque, aunque resulte controvertido son cálidos y frescos al mismo tiempo.
Las fibras naturales tienen algo que engancha, y es que a través de cestos, lámparas, espejos, alfombras, sillas o banquetas realizadas a mano convierten cualquier rincón de tu hogar en un lugar acogedor y agradable, transportándote a lugares paradisiacos, donde no saber si estas frente al mar y la brisa del mediterráneo roza con tu rostro, una sensación muy placentera que te envuelve en un estado de ánimo constante que rebosa felicidad.
Los productos hechos a mano con materiales naturales son productos únicos, exclusivos, llenos de personalidad, en definitiva, se trata de piezas realizados con mucha paciencia y entrega en cada detalle, siendo objetos singulares, llenos de autenticidad y un gran valor, pues el artesano ha dejado impregnado de amor y autenticidad cada pieza.